sábado, 19 de enero de 2013

CÓMO CONSEGUIR QUE HAGA LOS DEBERES SOLO


 1. POR QUÉ SE PRODUCE
Este problema se puede producir por alguna o varias de las siguientes circunstancias:
a. Se ha creado un hábito
El niño se ha acostumbrado a realizar los deberes con su madre (o con otro adulto) y se ha establecido el hábito de hacer los deberes acompañado, explicándole las instrucciones de lo que tiene que hacer y se confirme si la tarea está bien hecha o no.
b. Dependencia
Además se ha creado una dependencia del adulto: no es capaz de afrontar las tareas por sí mismo.  El niño suele expresar rápidamente que no entiende o no sabe lo que tiene que hacer. Normalmente cuando tiene que hacer un ejercicio pregunta directamente : ¿Qué hay que hacer? De esta forma no intenta buscar soluciones o alternativas para resolver lo que le están pidiendo.
Por otro lado, necesita que papá o mamá le confirmen que está haciendo lo correcto. Si lo hace solo no sabe evaluar su propia realización
c. Dificultades de aprendizaje
En otros casos el problema se agrava si hay dificultades de aprendizaje. Por diferentes motivos el niño o la niña no sabe realizar las tareas porque no las ha aprendido, no dispone de conocimientos previos o  se encuentra tan retrasada en el aprendizaje que es incapaz de afrontarlas.
Imagínese el caso que estamos presentando de 8 años que tiene que leer un texto y realizar unas tareas de comprensión, pero su nivel de comprensión lectora apenas llega a comprender oraciones sencillas: no está en condiciones de afrontar la tarea que se le pide. Muchos niños tienen tales lagunas y retrasos en los conocimientos previos necesarios que no están en condiciones de afrontar los aprendizajes que se le proponen.
No disponer un cierto vocabulario, comprensión lectora o razonamiento matemático le impide afrontar muchas materias.
d. Se refuerza una conducta inadecuada
Al realizar las actividades con la ayuda de su madre o padre, está recibiendo una atención especial: los adultos están centrados totalmente en lo que está haciendo. Recibir atención de forma exclusiva siempre es reforzante para los chicos y contribuye a que esa conducta se mantenga en el tiempo.
El comportamiento que se quiere corregir (estudiar con ayuda de un adulto) obtiene un “premio”: la atención exclusiva de sus padres, que hace que ese comportamiento se afiance más.
2. QUÉ HABRÍA DE LOGRAR
Es posible que muchas familias no hagan de esta situación un problema, es más, vean adecuado trabajar con sus hijos. En este caso, no hay nada que afrontar.
Sin embargo, desde un punto de vista educativo parece que lo más adecuado es que el niño crezca en autonomía personal y sea capaz de afrontar los deberes escolares por sí mismo sin una dependencia de sus padres, aunque le pidan ayuda de vez en cuando.
Depender de los adultos para realizar los deberes tiene el inconveniente de cualquier dependencia. Entre otras cosas que en determinadas situaciones, como los exámenes, no contarán con esa ayuda y los resultados no serán positivos.
3. ANTES DE AFRONTARLO
Antes de intentar modificar este comportamiento es necesario tener presente dos situaciones:
a. Estar dispuesto a cambiar la situación
En primer lugar los padres tienen que estar dispuestos a hacerlo, puedan llevarlo a cabo y tengan la determinación de adoptar las medidas. Algunas familias no lo están  por razones que ahora no voy a entrar. En otros casos, estarían dispuestos pero no disponen del tiempo o la paciencia para llevarlo a cabo. Y en otros casos no existe la determinación: saben que van a ceder, que no van a ser constantes …

En cualquiera de los tres casos es mejor ni siquiera  intentar nada de lo que os propongo. Ya lo afrontaréis cuando podáis o queráis. Peroamagar” suele empeorar las cosas y hacer más complicado volver a intentarlo.
b. Si hay dificultades de aprendizaje
Si una de las causas es que el niño o la niña tiene dificultades de aprendizaje, lo importante no es cambiar este hábito sino afrontar las dificultades.
Pueden recibir un refuerzo o apoyo escolar en el colegio, la ayuda de un profesor particular o en este caso, de los propios padres.
En casos más graves, el niño o la niña necesite que la enseñanza se le adapte y se le propongan objetivos y contenidos que puedan estar a su alcance.
Los más indicados para saber si el niño tiene dificultades de aprendizaje son sus propios profesores: tened muy en cuenta su opinión.
4. CÓMO CONSEGUIRLO
Los pasos a seguir serían los siguientes:
1º. Explicarle la situación
A partir de los 7 u 8 años los niños y niñas deberían hacer los deberes solos. Si se quiere conseguir que lo hagan les explicaréis previamente lo que se pretende y los motivos por los que debe ser autónomo en este aspecto. Aunque parezca que no tiene importancia, que los niños sepan lo que se pretende y las razones, es fundamental para que se sientan implicados y dispuestos a hacerlo
Se lo ofreceréis como un privilegio, no como un castigo o una consecuencia negativa.
2º. Marcar un tiempo de principio y fin
El tiempo dedicado a los deberes tiene que ser limitado: con principio y fin. Muchas familias pasan horas durante la tarde y el tiempo de los deberes concluye cuando estos se acaban. Suele ser un error ya que en estos casos se pierde muchísimo tiempo.
Mejor avisar que a determinada hora se termina y si los deberes no están terminados, al día siguiente intentará aprovechar más el tiempo.
En estos casos se puede avisar a sus profesores de que durante unos días se está llevando a cabo este “tratamiento”
3º. Estar con él en la mesa
Durante los primeros cinco días aproximadamente, los padres pueden estar sentados en la misma mesa que él, a cierta distancia, pero sin implicarse en la tarea. Es decir, no le leerán las instrucciones ni le explicarán lo que tiene que hacer.  Tendrá que esforzarse por entender lo que se le pide o buscar una forma de solucionar por sí mismo las tareas.
Cuando falten unos minutos para terminar podrá explicarle algunas dudas, pero será algo muy puntual. No pasa nada porque no lleve los ejercicios sin hacer, en ese caso se le dirá al niño que explique a su profesor que no sabía qué hacer. Es mejor que el profesor sepa que no sabe hacerlos que llevarlos hechos, pero en realidad sin dominar la tarea.
4º. En la misma habitación pero alejados
En una segunda fase, se puede permanecer en la misma habitación que el niño, pero sentado en otro lugar. Por ejemplo, el niño o la niña trabaja en la mesa del comedor y mamá o papá está sentado en el sofá leyendo un libro. Esto se puede seguir durante otros cinco días aproximadamente.
5º. Trabajar en solitario
En la última fase  el niño trabajará ya solo en su mesa y habitación. Al principio los padres pueden estar  presentes pero abandonarán de vez en cuando la sala en la que esté haciendo los deberes. Más adelante estará solo desde el primer al último momento.
6º. Reforzar
Es muy importante reforzar la conducta adecuada, no la inadecuada. Eso implica “sorprenderlo” cuando esté trabajando solo, dar muestras de satisfacción por las tareas que sabe afrontar sin ayuda, valorarle y reconocerle que sepa buscar soluciones por sí mismo.
Al principio será costoso, no os lo niego, pero ¿qué queremos? ¿Que su hijo “cumpla el expediente” de llevar los deberes hechos (en su mayoría por los padres) al colegio o que su hijo sea autónomo y sepa solucionar la primera responsabilidad seria de su vida, los estudios?

martes, 8 de enero de 2013

LAS 3 LLAMADAS DE ATENCIÓN

LLAMADAS DE ATENCIÓN AL NIÑO
Escuela de padres: Las tres llamadas de atención
Gracias a Jesús Jarque y su blog Familia y Cole, hoy os traemos un tema básico en la educación de nuestros niños. Las tres llamadas de atención. Aquí os dejo sus consejos.
“Le llamo veinte veces la atención y no me hace caso”; “hasta que no me enfado de verdad no viene”; “paso todo el día gritándole… ” Seguro que a muchos de vosotros, papás y mamás os suenan estas quejas porque las vivís en vuestras propias carnes.
La llamada de atención es una de las técnicas básicas en la educación de los hijos. Cuando se utiliza correctamente puede resultar muy eficaz, ahora les explico cómo hacerlo.
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LIMITARLAS A TRES
En lugar de veinte veces, lo ideal es que las llamadas se limiten siempre a tres. De esta forma los niños y niñas aprenden que ese es el límite: mejor tres que veinte.
GRADUARLAS
Algunos padres no gradúan las llamadas de atención: la primera es ya de máxima intensidad. Graduar el tono de las llamadas de atención les confiere más eficacia.
La primera se hace en un tono amable, en realidad es una petición: “por favor, límpiate primero los dientes y después te sientas a ver la tele”.
La segunda se hará en un tono más serio y contundente, pero sin necesidad de gritar: “Te he dicho que te limpies los dientes y que después podrás ver la tele”.
La tercera y última, sin gritar, con contundencia y adelantando las consecuencias: “límpiate los dientes ya o no verás la tele en toda la tarde”.
Si la tercera tampoco resulta efectiva pasamos a la acción: le obligamos a limpiarse los dientes y llevaremos a cabo la medida.
VENTAJAS
Graduar las llamadas de atención permite al niño conocer la importancia de la orden y de la situación en la que se encuentran.
Limitarlas a tres, tiene como ventaja que son tomadas más en cuenta, no tenemos que agotarnos y aprende que si no se cumplen las normas, hay consecuencias.
Si tienen problemas en este aspecto… les animo a practicar.

JUGUETES RECOMENDADOS PARA NIÑOS

Escuela de padres: Diez juguetes recomendados para niños

LA EDAD IDEAL PARA APRENDER A LEER

ENSEÑAR A LOS NIÑOS A LEER
Escuela de padres: Enseñar a los niños a leer en dos idiomas
¿Cuál es la edad ideal de los niños para aprender a leer?, ¿Por dónde debo empezar para ayudarle a aprender a leer? ¿Cuándo le van a enseñar a leer en el colegio? ¿No se hará un lío a la hora de aprender con dos idiomas a la vez? Éstas son algunas de las dudas que preocupan a los padres que quieren que sus hijos sean bilingües y aprendan a leer en inglés y en español, por ejemplo. Para conocer la respuesta sólo debemos conocer un poco mejor los ritmos de aprendizaje y desarrollo de los niños y tener en cuenta algunos consejos para que los niños aprendan a leer en ingles, que son muy útiles a la hora de facilitar la labor a los padres y a los niños.
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Los niños aprenden a leer a los 6 años
En cuanto a los ritmos de aprendizaje de los niños, hay mucha disparidad de opiniones entre los expertos. En el modelo educativo actual que existe en España, la edad de escolarización obligatoria de los niños comienza al acabar el segundo ciclo de Educación Infantil, a los 6 años de edad. Con el inicio de la Educación Primaria, en todos los colegios se enseña a los niños a leer. Aunque en la mayoría de colegios con el Segundo Ciclo de Educación Infantil suelen empezar a conocer las letras y a trabajar sobre ellas.
El aprendizaje de la lectura depende totalmente del niño y de su edad madurativa. De modo que, a algunos niños les resultará más fácil que a otros incluso más pequeños aprender a leer. Debemos recordar que cada niño es un mundo y conviene adaptarnos a sus necesidades, su potencial y sus carencias.
Consejos para enseñar a los niños a leer en dos idiomas
  1. Métodos para aprender a leer. No hay ningún método mejor en este caso. Si utilizamos el mismo método que ya hemos usado con el niño para aprender el primer idioma, tendremos la ventaja de que le resultará familiar y no tendrá que empezar de cero.
  2. Edad para empezar a leer. El mejor momento para empezar a leer es unos meses después de haber comenzado a aprender el primer idioma, dejando este tiempo para no saturar al niño, ya que tendrá muchos más aspectos que trabajar, además del más importante, el juego.
  3. Facilidades para el aprendizaje de la lectura. En este apartado destaca la importancia de los impulsos audio-visuales, gran parte del aprendizaje de los niños es por medio de la relación y de la repetición, con lo que podemos tener un gran apoyo en canciones o vídeos musicales a la hora de aprender el abecedario en inglés.
  4. Motivación para aprender otro idioma. Es normal que el niño pase por etapas en las que no quiere hablar en inglés y haga como que no entiende lo que se le dice. Es una fase natural, a la que no hay que darle importancia si el niño está aprendiendo el idioma de una forma natural. El problema surge cuando el niño está asistiendo a clases teóricas como si de un adolescente se tratara. Si está aprendiendo el otro idioma por medio de una persona a la que simplemente tiene que dirigirse en un idioma concreto, y con la que no está aprendiendo inglés, solamente es su profesora, amiga y solo quiere jugar y hacer actividades con él, el niño volverá a coger gusto al inglés, ya que el esfuerzo lo está haciendo para poder jugar con su amiga, no porque sus padres le digan que cuando sea mayor le va a venir muy bien.
  5. Momento para practicar la lectura. Cualquier momento es bueno para practicar la lectura, siempre que lo planteemos como un juego al niño le encantará repasar los carteles de la calle, las revistas que vemos en el quiosco o el periódico.
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